Sus ojitos miel, su sonrisa alegre, sus locuras y ocurrencias, su carácter joven y testarudo, todos esos detallitos que nos vienen a la mente solo con parpadear un poco, parpadeos lentos entre lagrima y lagrima.
Te vimos tan hermosa; dar vida te convirtió en aquella imagen de madre que nunca se olvida.
Llenaste de Luz y dejaste aquí lo más importante para ti, para llenar las vidas y los corazones vacios, nos haces pensar en nuevos comienzos, en la volatilidad y lo mucho que un segundo de ¨¨te quiero¨ vale.
Toma tu camino y ve en paz, aquí con tu resplandor alumbrarás el de todos aquellos a quien amas.