Mucho antes
de ti estaba yo, con mis sueños, mis ilusiones, mis gustos sin definir; trepaba
árboles, corría, comía golosinas y así como tú, yo reía sin parar.
Amé una y otra
vez hasta descubrirme, lloré, caí y volví a levantarme una y otra vez.
Bailé al ritmo de los pies cansados y las duelas brillantes, al brillo de la luz, y con todo el corazón.
Vencí miedos y volé alto, tan alto que hasta respirar costaba un poco, a menos que lo disfrutara, entonces; aprecié las nubes aborregadas, el silencio, el viento que corta en tu rostro y rechifla en tu oído, ¨así se siente un alma libre¨ pensé.
Aprendí de cada momento, observé y escuché atenta las lecciones de vida de un gran hombre; Trabajé hombro a hombro, hora tras hora, en un ambiente¨ de Hombres¨ durante la mayor parte de mi vida, con invaluable respeto, cariño y el verdadero significado de un equipo.
Vienes de
madera de mujeres fuertes, morenas de manos tersas, de mirada fija y sonrisa
tierna. De aquellas de antaño que lo entregan todo, de guerreras, que aman, que
cuidan.
De aquellas
que al despertar y antes de comenzar, miran de frente al Sol, y antes de
dormir, dan gracias por la luna. Te besan para dar las buenas noches y te
contemplan dormir.
Llegaste, y
como Yo, llegaste mujer.
¡Abre tus brazos y respira todo aquello
hermoso que la vida tiene para ti, ¡alcanza!, ¡conquista!,
¡vuela!.
Hoy grandes
mujeres han abierto el camino para que tu lo recorras con tus alas brillantes,
paso a paso, vuelo a vuelo , hombro a hombro también.
Antes de Ti
estaba Yo, ahora nos tenemos para mirar al Sol juntas y dar gracias a la Luna...
Annie.
Para: Nispachino
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