Hace un año cerré tus ojos, tome tu mano tibia, morena, con marcas de edad pero tersas; te di agua de beber y mire tus ojos negros que serían mis ojos negros.
Me sonreíste cuando me viste, tu mano tomo mi mano y perdiste el miedo de irte sola; me dejaste acompañarte hasta la puerta, ahí, me miraste nuevamente y escuchaste cada una de mis palabras, y cada uno de mis silencios.
Y respiraste y suspiraste, luego tomaste aliento cerraste los ojos y no lo dejaste salir.
Dejaste rezos y bendiciones para los tuyos y solo te fuiste tranquila al saber que el amor de tu vida estaría bien sin ti.
Annie.
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