Hoy vi claramente los pasos de la edad y del tiempo. En la mañana, al cruzar la acera, un bebé balbuceó fuerte para llamar mi atención y al voltear hacerme un adiós con su manita chiquita de escasos meses para cumplir su primer año.
Al bajar corriendo las escaleras del metro en el último escalón, tope de frente a un anciano de cerca de 90 años con el cabello blanco esponjado y tiritando de viejo quien me extendió su mano para pedir una moneda.
Entré al metro apresuradamente, y me dediqué a observar, como siempre lo hago, miradas fuertes pero perdidas que ven todo pero no ven nada. Enfrente, un señor de camisa azul roída de uso leía atento “La Jornada”; usaba un aparato en el oído para escuchar su mundo y en este caso a Sinatra que acompañaba su lectura.
Frank Sinatra (pirata, y en bocinas chafas) New York, Unforgeattable, y algunas mas para acompañar nuestro viaje. Mire mas atenta con la música, a la señora morena de cabello canoso que reflexionaba de su vida, al estudiante de medicina que repasaba nervioso hojas y libros antes de llegar a CU, al Cholo que traía en el cuello un tatuaje de amor que decía -Michelle te amo-.
Y detuve mi mirada en quien me miraba atento a los ojos de manera curiosa, eso si es extraño, lo mire fijamente y le regalé una sonrisa amable, me sonrió de igual manera. Tomó su morral y se preparó para salir en la misma estación que yo. Me Sonrió nuevamente hizo una caravana con la cabeza y con su Juventud en brío salió corriendo.
Yo tome mi teléfono marque el numero acostumbrado y sin Sinatra regresé y salí apresurada del vagón también.
Niños Jóvenes y Viejos. En realidad lo importante es como lo vives.
Dicho sea de paso, con Sinatra recuerdo mi primer viaje a “Las Vegas” con la mejor vista a la ciudad de las Luces.
Annie
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